Médicos de Cuba en la República Árabe
Saharaui Democrática, componente esencial de la solidaridad
Por Juan Carlos Díaz Guerrero | 18/04/2020 | África
Fuentes: Prensa Latina
La solidaridad de Cuba con el
mundo en materia de salud cobra particular relevancia hoy ante la pandemia
global del SARS-CoV-2 y cuando faltan semanas para conmemorar el aniversario 57
del comienzo de la colaboración médica internacional.
Fue África el primer continente
donde llegó la mano generosa del internacionalismo de la joven Revolución
cubana que, apenas meses después del triunfo del 1 de enero, rubricó el primer
convenio de asistencia con la República de Guinea en 1960 y tres años después
enviaba a Argelia el primer contingente médico.
El 23 de mayo de 1963 arribó al
país del norte africano la primera brigada oficial, integrada por 29 médicos,
cuatro estomatólogos, 14 enfermeros y siete técnicos de la salud, quienes
comenzaron a trabajar en seis de sus principales ciudades, además de Argel, la
capital.
La soberana decisión de la pequeña
isla del Caribe surgió de la voluntad del líder histórico de la Revolución
cubana, Fidel Castro, y del entonces primer ministro argelino Ahmed Ben Bella,
quienes aprobaron la medida ante la fuga masiva de los médicos franceses, una
vez alcanzada la independencia de Argelia el 5 de julio de 1962.
Brindar ayuda internacional en el
campo de la salud, Fidel lo había hecho público meses antes al inaugurar la
Facultad de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón, en La Habana,
donde después se formaron miles de médicos cubanos y extranjeros de varios
países.
Significado tiene para Cuba que la
colaboración internacionalista comenzará por África, continente de donde
llegaron como esclavos a la isla cientos de sus hijos y corre también sangre
cubana, derramada en las luchas por la liberación de Angola y otras naciones
hermanas.
En la actualidad, según los datos
oficiales, suman unos seis mil 600 los colaboradores de la nación caribeña que
brindan sus servicios en ese continente, no solo en salud, sino también en la
educación, el deporte, la construcción, agricultura y recursos hidráulicos.
Ese desprendimiento desinteresado
adquiere connotación especial con el apoyo de Cuba en los territorios del
Sahara Occidental, vínculo surgido de manera oficial al reconocer La Habana
como Estado independiente a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en
1980.
Precisamente este año se
cumplieron cuatro décadas de relaciones entre los dos países, acontecimiento
reconocido por el embajador saharaui Melainine Etkana, quien destacó el apoyo
permanente y muestras de solidaridad de Cuba con su pueblo.
Como parte de esos vínculos en
1977 llegaron a Cuba 22 jóvenes saharuies para iniciar estudios y en 1982
obtenían sus títulos los primeros ocho médicos graduados en centros de la
Educación Superior, mientras suman más de dos mil los egresados como galenos,
profesores, informáticos y otros profesionales.
Los saharauies consideran
estratégica la cooperación de la mayor de las Antillas “tanto por su magnitud y
permanencia como por el peso político que conlleva”, según el analista político
José Antonio Monje, para quién Cuba plantea su solidaridad con el mundo “desde
una nueva perspectiva de lucha y acción”.
Para el antropólogo saharaui el
“invaluable apoyo” de las misiones internacionalistas al país magrebí, desde el
archipiélago cubano, también se concreta en la “formación de cuadros políticos
y recursos humanos” en general.
Según la propia fuente, hasta el
año 2002 un total de 477 profesionales de la salud cubanos participaron en
misiones internacionalistas en la RASD, cifra que comenzó en diciembre de 1977
con la llegada a ese territorio de 11 galenos.
La vitalidad de esa solidaridad,
calificada por La Habana como “esencial” en el desarrollo de los nexos
bilaterales, se mantiene vigente hoy con la presencia allí de 13 especialistas,
entre ellos nueve médicos, tres licenciados en enfermería y un ecografista.
En declaraciones a Prensa Latina,
el doctor Héctor Aurelio Méndez, jefe de la Brigada en los Campamentos de
Refugiados, en Tindouf, Argelia, expresó que “la función principal es brindar
atención médica a los refugiados” en cinco campamentos, fundamentalmente en el
Hospital Nacional Martir Brahim Saled.
Como en otras naciones del mundo
donde la isla brinda colaboración médica, la Brigada enfrenta allí los embates
de la pandemia del SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, y aunque no interviene
de manera directa, sí contribuye a la capacitación del personal y cuidado
logístico.
Si bien en el presente cobran
fuerza el sentido humanista e internacionalista de las brigadas médicas de
Cuba, se ensañan los ataques del gobierno de Estados Unidos para
desacreditarlas con juicios y falsedades de todo tipo.
Pero como bien expresó Monje,
estas están dejando un gran legado y “nos están enseñando a servir, con
excelencia, generosidad y gran sentido de la justicia”.
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