EE.UU. aumenta la presencia de sus fuerzas especiales en África
Por Roberto García Hernández *
La Habana (PL) La participación directa de los
militares estadounidenses en acciones combativas contra supuestos grupos
terroristas en África es mucho mayor de lo que reconoce el Pentágono, de
acuerdo con revelaciones de diversos medios de prensa norteamericanos.
Además de las unidades regulares, a nivel
global, las Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE) están desplegadas en unos
140 países aunque más de la mitad de estas agrupaciones actúan en naciones del
Medio Oriente, en particular Siria y territorios vecinos.
Las FOE son unidades élites integradas por los
llamados Boinas Verdes del Ejército norteamericano, los grupos Seals de la
Marina y otras de la Infantería de Marina, así como de la Fuerza Aérea,
subordinadas al Comando Conjunto de Operaciones Especiales, cuya jefatura está
en MacDill, estado de Florida.
En particular en territorio africano las FOE
desempeñan un papel protagónico en muchos países, entre ellos Somalia, Kenya,
Túnez y Níger, como parte de un programa que hasta ahora la Casa Blanca mantiene
con determinado nivel de secreto.
En reiteradas ocasiones, voceros del mando
castrense norteamericano han asegurado que la presencia de las fuerzas
militares de ese país en suelo africano se limita a tareas de asesoría y
asistencia a sus respectivos homólogos, sin embargo la realidad es bien
diferente, señalan expertos.
Estas agrupaciones realizaron en 2017 cerca de
un centenar de actividades en 20 naciones africanas, con unos mil 700 efectivos
en total en cualquier momento del año, el doble del personal que las FOE han
mantenido en ese continente desde 2014.
En este contexto, el año pasado tuvo lugar en
febrero y marzo el ejercicio Flintlock, auspiciado por el Comando de África,
que fue el mayor de todos los realizados hasta la fecha, con la presencia de
unos dos mil militares de 24 naciones africanas y de potencias aliadas de
Washington.
Después de este entrenamiento, el presidente
Donald Trump aprobó la eliminación de ciertas restricciones impuestas por su
antecesor, Barack Obama (2009-2017), para la participación en combate de estas
unidades élites norteamericanas, lo que según expertos dio más flexibilidad y
capacidad para atacar directamente al adversario.
La administración parece creer que los
intereses de Estados Unidos estarán mejor defendidos en estos lugares 'si nos
ponemos los guantes y le quitamos las limitaciones a nuestras fuerzas
militares', señaló al sitio digital The Cipher Brief el académico Stephen
Biddle, profesor de la Universidad George Washington.
Desde hace casi cinco años, los llamados
Boinas Verdes del Ejército, los Seals de la Armada y otros comandos similares
operan bajo una poco conocida autoridad que planifica y controla determinadas
misiones y las coloca al frente de las fuerzas armadas de las naciones donde
operan, destaca el sitio digital Politico.
De acuerdo con el artículo escrito por Wesley
Morgan, bajo la administración de Obama y desde que Trump asumió la jefatura de
la Casa Blanca en enero del año pasado, los militares estadounidenses prefieren
utilizar las fuerzas de los países donde operan, aunque no vacilan en ser parte
activa en las acciones combativas.
ACCIÓN DIRECTA DE LAS TROPAS DE EE.UU.
Sin embargo, quienes apoyan las mencionadas
actividades de las FOE en África argumentan que la posibilidad de los militares
norteamericanos de planificar y mantener el control de esas operaciones les
permite mayores posibilidades de golpear de forma expedita a las agrupaciones
extremistas.
Al respecto, el general retirado Donald
Bolduc, quien hasta junio de 2017 estuvo al frente de unidades élites en
África, admitió en una entrevista a Politico que bajo este programa 'nuestras
fuerzas especiales no solo asesoran, asisten y acompañan a los homólogos en ese
continente, sino que los dirigen en los combates'.
Aunque el contenido esencial del programa es
confidencial, la autoridad presupuestaria para implementarlo es pública, y los
líderes castrenses se han referido al tema en audiencias legislativas, sin
entrar en detalles ni describir los acuerdos poco habituales con las
contrapartes africanas que permiten estas actividades.
Estos planes se centran en el cumplimiento de
misiones de exploración y ataques directos de fuerzas conjuntas de Estados
Unidos y de las naciones donde estas operan, un tipo de tarea que el Pentágono
anteriormente se negaba a reconocer públicamente.
A pesar de las gestiones de los periodistas de
Politico, un vocero del Comando de África del Pentágono declinó especificar
cuáles son los países de esa región en los que operan los mencionados contingentes
de las FOE.
Sin embargo, exmiembros de esas unidades
identificaron ocho naciones que son escenarios de estas acciones o al menos lo
fueron hasta fecha reciente, como Somalia y Libia, así como sitios en Kenya,
Túnez, Camerún, Mali y Mauritania.
Recientemente Estados Unidos creó la llamada
Fuerza G5 del Sahel, con la misión de poner bajo su mando a unos cinco mil
efectivos de Mali, Niger, Burkina Faso, Mauritania y Chad para la lucha
antiterrorista en la región, con una fuerte presencia de consejeros de unidades
élites estadounidenses.
El Africom es uno de los 10 comandos
unificados de las fuerzas armadas norteamericanas, tiene su sede en Stuttgart,
Alemania y es responsable de los nexos militares con 53 naciones africanas, con
un presupuesto anual superior a los 276 millones de dólares.
MÁS TROPAS EN NÍGER
En la lista de naciones en las que hay alta
presencia castrense de Estados Unidos está Níger, donde murieron en combate
cuatro efectivos norteamericanos el 4 de octubre de 2017 en la llamada
emboscada de Tongo Tongo.
Dos semanas después de ese incidente, al
director de la Junta de Jefes de Estado Mayor del Pentágono, general Kenneth
McKenzie, le preguntaron en una conferencia de prensa si algún miembro de las
FOE participaba en acciones militares directas junto a tropas africanas, a lo
que el alto jefe castrense respondió de forma negativa.
Un artículo publicado a mediados de mayo por
el diario Stars and Stripes, asegura que el despliegue de tropas
estadounidenses en Níger aumentó en 2017 y actualmente hay allí unos 800
militares de la nación norteña, varios centenares más que en años anteriores.
Además, Washington está a punto de concluir
una base para aeronaves teledirigidas (drones) en la ciudad de Agadez, en el
centro de Níger, a un costo que supera los 100 millones de dólares, desde la
cual se cumplirán misiones de espionaje en Mali, Libia y territorios aledaños.
Una instalación similar de estos aparatos
existe desde 2016 en Túnez, según informes del diario The Washington Post.
Por otra parte, tras la experiencia del
atentado en septiembre de 2012 contra el consulado de Estados Unidos en la
ciudad libia de Bengasi, donde murieron el embajador Christopher Stevens y
otros tres diplomáticos, el Pentágono creó la Fuerza de Tarea Combinada Conjunta
del Cuerno de África, ubicada en Camp Lemonnier, Djibouti, bajo el mando del
general Wayne Grigsby.
Además, la Casa Blanca ordenó en 2013 el
despliegue de unos 500 infantes de Marina en la base militar de Rota, en el sur
de España, con la misión de actuar como elemento de intervención rápida en caso
de amenazas a intereses estadounidenses en territorio africano.
Durante todo 2014, unidades de la primera
División de Infantería del Ejército estadounidense, con sede en Fort Riley,
estado de Kansas, participaron en más de 100 ejercicios y entrenamientos en
cerca de 40 países de la región.
De hecho este aumento de la actividad militar
de Estados Unidos en África, bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo,
está en correspondencia con los planes estratégicos de la Casa Blanca de
mantener su hegemonía a nivel global y en particular en el mencionado
continente, fuente importante de sus materias primas estratégicas.
arb/rgh
*Jefe de la Redacción Norteamérica de Prensa
Latina.
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